Capitán incaico, mencionado como Cacique de Moquegua, en tiempos de Atahualpa, de quien era su hermano por ser hijo de Huayana Cápac. En setiembre de 1532 fue comisionado por el Inca para presentarse ante Pizarro quien se hallaba en uno de los valles de Lambayeque; fue presidiendo una embajada portadora de un mensaje amistoso y numeros presentes. El conquistador le contestó que sin demora haría una visita al soberano de Tahuantinsuyo. Pero está en tela de juicio esta narración citada por el Inca Garcilazo de la Vega. Según Markham, luego de la muerte de Atahualpa el 29 de agosto de 1533, acaudillo la resistencia junto con el capitan quiteño Rumi Ñahui, atacando constantemente a los españoles. En Tuctu, Huaylas, obtuvo un valioso triunfo, tomando ocho prisioneros españoles entre los que estaban Francisco Chávez y Hernando de Haro, que protestaron contra la muerte de Atahualpa y Cancho de Cuellar, escribano que formuló la acusación falsa contra el Inca. Conocedor de estos detalles, Tito Atauchi trato con muchas consideraciones a los que hablaron bien de su hermano y ejecuto publicamente a Cuellar contra el mismo poste en que muriera Atahualpa.
La leyenda dice sobre él: "Tito Atauchi, cacique de Moquegua en los últimos tiempos de Atahualpa, recibió un mensajero del Inca para que reuniera todo el oro de la comarca y lo llevara a Cajamarca para ayudar a pagar el rescate que exigían por él. Cuando ya había una buena cantidad de "tejos de oro" para llevarlos a Cajamarca, recibió la visita de otro emisario con la noticia del suplicio del soberano. Atahuchi abandonó el valle de Moquegua con parte del tesoro, hasta llegar al valle de Lluta, donde escondió el oro en una cueva situada en una ladera cortada a pico; sobre él, Atauchi se suicidó.
Un cura conocedor del secreto, quiso escarbar para sacar el tesoro, pero se sintió un fuerte remezón terráqueo que lo impidió. Era el terremoto de Moquegua del 18 de setiembre de 1833. Posteriormente, Don Mariano Pío Cornejo quiso encontrar el fabuloso tesoro en 1868. Con un grupo de indios llegó a la cueva y escarbó hasta encontrar un cadáver que se supuso era de Atauchi, ante esto, los undígenas no quisieron seguir, porque la tradición decía que no quedarían en pie sus hogares, si mano sacrílega movía el cadáver del cacique. Sólo emborrachándolos logró que continuaran, pero al retirar la cubierta de lana donde estaba el cadáver, se sintió y un ruido subterráneo y un gran terremoto destruyó la región. Eran las cinco de la tarde del 13 de agosto de 1868.
